Primera jornada de inmunización a los menores de, 9, 10 y 11 años
5.000 alumnos se vacunarán cada día antes de Navidad
Ayer se pusieron las primeras dosis en 60 colegios con expectación y el respaldo mayoritario de las familias. Algunos pequeños se quejaron de dolor de brazo, los padres hablan de «alivio» y la Junta, de «hito»

Primera jornada de vacunación en los colegios extremeños / Silvia Sánchez Fernández / Santi García / JuntaEx
«Más tanquilidad» y «alivio» entre las madres y los padres, con diferentes opiniones sobre el protocolo establecido que no convence a todos, «un poco de dolor de brazo» entre los pequeños y «orgullo y satisfacción» por el apoyo «masivo» en la Junta de Extremadura. Es el resumen, de manera generalizada, de la primera jornada de vacunación entre los menores de 9 a 11 años que ayer recibieron la primera dosis de la Pfizer pediátrica en 60 colegios extremeños. Iban a ser 61, pero el centro pacense de Aceuchal, incluido en la lista del primer día, fue cerrado por Sanidad ayer mismo tras sumar 22 casos positivos de covid-19. «Nos suspenden la vacunación hasta que pase la cuarentena», apuntan desde el centro.
En total, fueron alrededor de 5.000 los alumnos extremeños de 4º, 5º y 6º de Primaria que ayer se arremangaron para recibir el primer pinchazo, la gran mayoría de los citados ayer, ya que el proceso está contando con el respaldo mayoritario de las familias. «La media es que el 95% está autorizando la vacunación de sus hijos e hijas y tenemos que dar las gracias por confiar en el sistema», destacó el portavoz de la Junta, Juan Antonio González, que habló de «día muy importante» y un «hito».
Y esos 5.000 vacunados ayer será el ritmo diario de inmunización que Sanidad quiere alcanzar hasta el 22 de diciembre, último día antes de las vacaciones navideñas, cuando se espera haber llegado a 30.000 menores con la primera dosis.
La jornada en un colegio cacereño
Entre esos ya están los 180 alumnos del colegio Licenciados Reunidos de Cáceres, uno de los 60 extremeños en los que ayer alteraban la normalidad los sanitarios de los equipos de vacunación del SES. Llegaron a primera hora al salón de actos ya habilitado como zona de vacunación y también de observación. «Han empezado pasadas las 9 y las 10.30 ya estaban todos vacunados. Han estado muy tranquilos, todo estaba bien organizado y han dado su consentimiento casi el 100% de las familias, la que no lo ha hecho es por causas como haber pasado el covid», explicaba el director, Francisco José Álvarez, que tildó de «importante» el día de ayer. «Creo que nos va a ayudar a tener una vuelta de vacaciones de Navidad más tranquila que el año pasado», auguraba.

Tres alumnos de un colegio cacereño señalan la zona del pinchazo recibido ayer. / SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ
La mayoría de los menores continuaron en este colegio tras el pinchazo, aunque los padres tenían la opción de llevarse a sus hijos a casa. A la salida, varios de los pequeños se quejaban de un ligero dolor en el brazo, pero habían vivido la jornada con tranquilidad y cierta inquietud. También algunos habían echado de menos a sus padres. «A mi me daba igual, pero una compañera sí quería tenerlos cerca, lo ha pasado mal y se ha puesto a llorar», decía Lucía Gordejo a la salida del colegio cacereño. A Olivia Díaz también le habría gustado contar con la presencia de su madre, pero dice que ha sido una cosa muy rápida. Ella sí estaba nerviosa desde la noche anterior. «No dejaba de hablar del tema y el desayuno le ha costado, pero ha sido rápido. Yo estaba deseando que llegara este día. Siempre tienes miedo a una reacción de esas raras, pero me preocupaba la incidencia tan alta a su edad, es un alivio», contaba su madre, Carmen Torres.
La experiencia en un centro de Badajoz
En Badajoz, la vacunación empezó ayer en cuatro colegios: el nuevo de Cerro Gordo (que se ha estrenado este curso), Luis Vives, Arias Montano y Guadiana. Unos 630 niños recibieron la primera dosis. El centro donde más alumnos se vacunaron fue el Arias Montano: alrededor de 200, confirmó su director, Marcos Álvarez. Se habilitaron dos espacios: los vestuarios para la vacunación y, justo al lado, el gimnasio con 60 sillas para el tiempo de espera tras recibir el pinchazo. Según el director, la jornada transcurrió como estaba prevista, sin imprevistos, salvo algunos niños que se sintieron indispuestos, pero fueron pocos. Como también fueron pocos los padres que no autorizaron vacunar a sus hijos en este centro. «Aquí la premisa que teníamos es que los niños que no se vacunasen no fuesen señalados, porque hay varios motivos: están los que no quieren vacunarse, que no son muchos, y otros que no han podido porque han pasado hace poco tiempo el covid o el día en que se entregaron los consentimientos faltaron a clase». Al ser uno de los primeros colegios «todo nos ha sobrevenido con mucha más premura», reconoció este director.

Sanitarias de los equipos de vacunación preparan las dosis en un colegio, ayer. / JUNTAEX
La vacunación empezó sobre las 10.00 de la mañana. Los primeros que entraron fueron dos niños con autismo, los únicos con autorización para que los acompañase un familiar. Posteriormente bajaron los demás alumnos por grupos ordenados. Los padres tenían la opción de recoger a sus hijos y acudieron algunos «que estaban más preocupados por antecedentes familiares, porque lo han pasado mal cuando ellos se han vacunado y avisaron de que vendrían a por ellos enseguida». Las familias recibieron puntualmente información por Rayuela a medida que terminaba la vacunación de cada nivel.
«Entre ellos se calmaban» en un colegio de la capital
En la capital extremeña, uno de los colegios donde arrancó la vacunación fue el Ciudad de Mérida, donde se vacunaron unos 170 alumnos de los 181 que están matriculados en los cursos de 4º, 5º y 6º de Primaria. «Los niños se han comportado muy bien y si alguno se ponía más nervioso de la cuenta, entre ellos se calmaban», señaló la directora, Mª Luisa Dávila. En la biblioteca se habilitaron dos zonas: una para los pinchazos y otra de reposo por si se detectaban posibles efectos adverso. «Las dosis de los alumnos que han faltado por alguna causa justificada se han aprovechado para los de 3º de Primaria, previa autorización de sus padres», apuntó.
Por su parte, el alumno Álex Paniagua, de 10 años, afirmó a la salida del centro que se había puesto «un poco nervioso» antes de recibir el pinchazo, aunque después no hubiera sido para tanto. «Al final me ha parecido divertida la situación y ni me ha dolido, ahora solo me tira un poco el brazo», explicaba. Su madre, Beatriz Rodríguez, autorizó la vacuna «por la tranquilidad de la familia y de la sociedad en general. Creo que es una obligación que todos los niños estén vacunados», subrayó. Hoy, por delante otra nueva jornada de pinchazos.
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